A la derecha de la extrema

El provocador acto en San Miguel encabezado por el médico Daniel Parisini, quien es el influencer libertario conocido como “El Gordo Dan”, con escenografía similar a la utilizada por en nazismo, la proclamación de una guardia armada y pretoriana del presidente Javier Milei y los insultos tanto para opositores como periodistas por doquier colocó al desnudo el principal respaldo del andamiaje político libertario.

Los trascendidos hablan de una iniciativa auspiciada por el asesor presidencial Santiago Caputo, que no habría contado con el visto bueno de todo el gobierno y de opositores dialoguistas, lo que incluye al ex presidente Mauricio Macri. Esos sectores temen algún tipo de fuga de votos por el temor a las formas autoritarias de gobierno que subsisten en la mayor parte de la sociedad argentina, y que se disipen los vientos a favor por algunos éxitos en la economía de acuerdo al plan libertario y del ministro Luis Caputo.

No obstante, otros ven una acción de fidelización del voto de derecha, del discurso violento que muchas veces puede escucharse en un café o en una ronda de mate, el cual podría tomarse casi en broma y como un exabrupto políticamente incorrecto, fuera del sistema y en el terreno marginal de las prácticas políticas.

Llamó la atención la poca repercusión que tuvo la convocatoria a formar un cuerpo armado paramilitar, que intentó ser disfrazado con una simple mención del poder de las redes sociales y la entronización de los celulares como poderosas armas, entre sectores de la oposición, a pesar de intentos de sectores de la prensa de distintos colores de difundir y repudiar el mensaje subyacente en el acto.

Por su parte, el propio Milei pareció subirse de otra manera al intento de cohesionar las concepciones ideológicas de su partido al blanquear la expulsión de la vicepresidenta Victoria Villarruel del ámbito de las decisiones de Gobierno y lanzarle una acusación contundente en el lenguaje libertario: “Está cerca de la casta”.

“La gente rica no va presa”

De esa forma, el Presidente puso de manifiesto las diferencias con su ex compañera de fórmula, más cercana de la derecha nacionalista, que del liberalismo a ultranza en lo económico; aunque ambos parecen compartir la visión ultramontana y pacata de la sociedad.

Todo parece enmarcarse en una supuesta batalla cultural en la que se embarcó Milei, que tiene algunos resultados como la agresión a dos jóvenes de origen palestino que tomaban un café en un bar de la zona porteña de Las Cañitas portando banderas y otros símbolos de esa región, lo que provocó, a tono con la prédica furiosamente proisraelí del Presidente, que fueran insultados por supuestos vecinos de la zona y la intervención policial.

Uno de los agresores, además de exigir a los jóvenes “que se vayan al conurbano con esa bandera de mierda”, ante el pedido de testigos de que la Policía lo detenga, lanzó una frase que rebotó con la fuerza en las redes: “Ustedes son pobres, la gente rica como yo no va presa”, un crudo símbolo de estos tiempos oscuros.