El movimiento LGTBIQ+ encabezó una de las marchas más numerosas de las que se haya visto en Argentina

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La Asamblea autocombocada en Parque Lezama, que invitó a realizar hoy, una Marcha Antifascista y Antirracista, en clara oposición al Gobierno de Javier Milei; finalmente recibió el apoyo de sindicatos, estudiantes, organizaciones sociales, y dentro del arco opositor, partidos políticos de diferente origen. Con ese marco de convocatoria, los los manifestantes colmaron las calles de las ciudades más importantes del país. Según estiman los organizadores, hubo más de dos millones de personas en las marchas.

Con carteles, pancartas y banderas, acompañadas de música, cánticos de canchas con referencias al Presidente, o a figuaras como Donald Trump y Elon Musk, los argentinos silenciados en el último año por redes sociales amañadas y gobernadas por la extrema derecha, decidieron romper el cerco comunicativo y tomaron las calles de Buenos Aires y otras ciudades del país.

Las tomaron a tal punto, que hubo que hacer memoria para recordar alguna movilización más numerosa o contundente. «Estamos militando contra el odio», señaló una joven que se identificaba dentro del espacio kirchnerista. Pero inmediátamente después, Mara, otra joven, que admitió haber votado por Milei señaló: «Esto es un límite, nadie le va a decir a mi familia con quién se tiene que acostar, ni me van a decir a mí quién me tiene que gustar».

En el camino a la Plaza de Mayo, no había rincón donde uno pudiera esconderse del ensordecedor cántico de los más jóvenes. «Esta gente se equivoca, nunca le firmamos un cheque en blanco, tienen que responder por lo que están haciendo. La plata no nos alcanza para nada y encima ahora, si somos mujeres o si pertenecemos a una minoría sexual, resulta que somos culpables de no sé qué…», resaltó Analía, una docente de Florencio Varela que se acercó acompañada de sus hijas adolescentes.

El peronismo y la izquierda tuvieron columnas que llegaron a Plaza de Mayo por Hipólito Yrigoyen y Avenida de Mayo. Los más afortunados fueron quienes marcharon del lado de los números impares: la sombra de los árboles los ayudó a combatir el calor. La Cámpora, el Frente Renovador, el Partido y el Polo Obrero y el PTS tuvieron importante presencia.

«Los chicos libertarios creen que todo pasa por las redes sociales, hay mucha gente que los apoya y eso los hace creer que todo está bien. Sin embargo, somos muchos los que no lo votamos y muchos más los que sufrimos sus políticas. Deberían actuar con más cuidado, porque de un momento a otro, esto puede estallar. Hay mucha gente enojada y con odio que no necesariamente apunta a los opositores al gobierno», explicó Juana, una joven de 18 años que se acercó desde Lomas de Zamora en una columna nutrida de estudiantes.

En términos simbólicos, se podría decir que la movilización recorrió todo el país. Que fue una suerte de respuesta a la lógica simplista y a veces amañada, que proponen las redes sociales. Donde cada tema cierra con comentarios breves, con sentencias simples que apuntan a la destrucción del otro cada vez que hay diferencias. Esas sentencias son muy efectivas, pero están muy lejos, en términos académicos, de la derecha noventista, que tenía como vanguardia al politicólogo norteamericano Francis Fukuyama, quien proponía con su libro El Fin de La Historia Y El ültimo Hombre, la debacle de la izquierda y de los nacionalismos.

A fines de los 90′, fueron las calles de la Argentina las que comenzaron a responderle, nada más ni nada menos, que al propio Fukuyama, a las derechas; y fue el 2001, durante el gobierno de Fernando De La Rúa, tras su fuga en helicóptero del poder, cuando comenzó a virar el péndulo. Las calles continúan hablando, veremos si finalemente encuentran una síntesis que los lleve a sostener en una administración política, como sucedió durante los años de kirchnerismo; o si las derechas encuentran la forma de sostener el poder a través de la economía y una mano dura, que por presencia popular, ayer estuvo ausente en todo el territorio.

Fotos: Pablo Martínez Sobrino

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