La marca de la gestión PRO: tatuajes y propaganda política
En un jardín de infantes, empleados de la Ciudad aplicaron tatuajes temporales a niñas y niños con el logo del gobierno porteño y su slogan.
Lo que parecía ser tan solo la inauguración del nuevo edificio en el cual funcionará la Escuela N 6 del DE 20, finalmente se constituyó como un hecho controversial y polémico. ¿A qué se debe dicha repercusión? El lunes 11 de abril, el gobierno de la Ciudad celebró el aniversario del jardín y la mudanza de su respectiva escuela primaria al mismo edificio, ubicado en Eva Perón y General Paz. Tras varios años de demora en la obra, el ministerio de Educación de la Ciudad anunció a la comunidad educativa que se iba a llevar a cabo el Show de Adriana e invitó a padres y estudiantes a concurrir al evento, luego que finalizara la jornada de clases. En dicho contexto celebratorio se aplicaron tatuajes temporales a niños/as que concurren al jardín de infantes. Hasta allí no hay nada malo. El tema es el contenido de los mismos.
«Marcaron a mi nena como si fuera una vaca de su propiedad», comentó al diario Tiempo argentino Claudia, que envía a su hija a la sala de 5 del jardín. «La verdad que no me gustó para nada ¿Cómo van a hacer propaganda en la manito de mi hija? Es una porquería esto que hicieron», exclamó.
Las imágenes que se viralizaron muestran a dos niños/as con dibujos en sus manos. Uno tiene un joystick y otro un arcoiris. Uno tiene el logo “BA”, el otro, además, suma “La transformación no para”, el eslogan propagandístico de la gestión del gobierno de Horacio Rodriguez Larreta. Las fotos fueron tomadas por adultos en la mencionada inauguración de la escuela.
Desde algunos sindicatos docentes denunciaron “adoctrinamiento” por parte del oficialismo porteño. La Secretaria General del gremio Unión de Trabajadores de la Educación (UTE), Angélica Graciano, escribió en Twitter. “Los mismos que crearon una línea telefónica para denunciar la actividad política en las escuelas son quienes ahora realizan propaganda explícita de su Gobierno. Larreta, los niños y niñas no son objeto de publicidad partidaria”.
Como gremio, la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Educación emitió un fuerte comunicado repudiando esta situación: «No conformes con inundar las escuelas con campañas de marketing y cartelería asociada con slogans como «la transformación no para», ahora utilizan a las infancias para sostener y profundizar la propaganda para con las familias, marcando sus cuerpos. Denunciamos la utilización política partidaria de lxs niñxs por parte del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y exigimos la intervención del Asesor Tutelar y de los organismos de defensa de los derechos de NNYA para frenar esta situación», cierra el documento.
La titular de la secretaría de nivel inicial del mismo espacio sindical -María «Monona» Gutiérrez- manifestó «que cuando uno cree haber visto todo por parte del gobierno nos encontramos con este hecho que debería tener el repudio de toda la comunidad educativa. A ningún gobierno, provincial o de otra parte del mundo, se le ocurriría marcar a los niños y niñas como ganado, como si los estudiantes fueran una cosa, propiedad de la gestión de Larreta», termina.
Por su parte, el gobierno porteño rechazó que se haya realizado un uso partidario o político con esos tatuajes. En declaraciones al diario La Nación, funcionarios del ministerio que comanda Soledad Acuña adujeron que: “en todos los eventos culturales que organiza el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires hay a disposición del público objetos con logo institucional como stickers, prendedores o lapiceras”. Lo que se dice una respuesta “floja de papeles”. Es sabido del uso eficaz y todoterreno de la publicidad que hace el PRO con sus carteles amarillos por todos lados (y todos los medios de comunicación, sin distinción ideológica) como ejemplos más visibles. No obstante, el gobierno del marketing esta vez pasó un límite al utilizar los cuerpos de los/as niños/as. ¿Se imaginan el escándalo y el repudio generalizado que se hubiera generado si el de los tatuajes fuera el gobierno nacional y su slogan “Reconstruir argentina”? La indignación selectiva y la doble vara están a la orden del día.
Para finalizar, nos quedamos con el testimonio de una de las maestras del jardín de infantes: «Después, nos dicen a nosotras que cuando enseñamos historia sobre lo que pasó el 24 de marzo de 1976 o lo que ocurrió en la guerra de Malvinas estamos adoctrinando. Es una locura. A las que enseñamos los hechos que ocurrieron en nuestro país, nos llaman adoctrinadores y a los que tatúan a los chicos con propaganda política, ¿cómo se los debería llamar?». No hace falta agregar más nada a estas palabras que nos invitan a reflexionar.