Los desafíos de un posible próximo gobierno de Unión por la Patria: enderezar la economía con la gente adentro

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Editorial

Entramos en la recta final de cara a las PASO 2023, dónde nuevamente los argentinos irán al cuarto oscuro para elegir entre dos modelos de país claramente opuestos.


El próximo 13 de Agosto se desarrollarán las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) en todo el territorio nacional. Allí, los electores nos encontraremos con dos modelos de país totalmente opuestos: uno de ellos, cierra con un ya anunciado feroz ajuste y represión; el otro, se encuentra ante el gran desafío de encauzar el barco para volver a ser.


“No es la nave, es el piloto”, diría la Joaqui. Y después de varias idas y vueltas, Sergio Tomás Massa se ungió como el piloto y candidato del consenso de un peronismo en el que primó la unidad por sobre todas las cosas. Así, el actual Ministro de Economía sabe que tiene de camino a las PASO (y sobre todo a las generales de octubre) un largo trecho para mostrar gestión. 


¿En qué se traduciría en este caso “mostrar gestión”? El primer objetivo es lograr un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Al cierre de esta edición, los avances de las negociaciones estaban viento en popa. Se espera que en las próximas semanas se anuncie una buena noticia para la Argentina, que le permitirá al país disponer de un nuevo plan económico. 


En frente, no sólo está el Fondo. “Hubo economistas de la oposición en la Argentina que en los últimos días se comunicaron (con representantes del FMI) y decían: ´no les den nada, pidánle todo porque la Argentina tiene que pasarla mal ahora’”, denunció Massa. Ante eso también se enfrenta el peronismo y Unión por la Patria: supuestos republicanos que desean que los argentinos la pasen mal. 


“Negociar con el Fondo requiere tener convicción respecto de que la Argentina es un país con obligaciones que cumple, pero es un país soberano”, sostuvo el candidato. Massa sabe que un nuevo acuerdo (que prevé un adelantamiento de fondos por parte del organismo) le permitirá fortalecer las reservas del Banco Central, afectadas por el impacto de una de las sequías más importantes de la historia. 


Otro de los desafíos a resolver es la inflación. Hoy ubicada en los tres dígitos anuales, el flamante candidato sabe que es un tema que tensiona al electorado (propio y ajeno). Para eso, se deberán tomar las medidas necesarias para llevar los índices a la baja, algo que ocurrió en el último mes y de convertirse en una tendencia se transformará casi en la principal plataforma electoral del tigrense. 


Los salarios son otro punto a recuperar: sea con una suma fija o con paritarias que, de una vez por todas y sin tibiezas de por medio, superen de una vez a la inflación. En este punto, Unión por la Patria sabe que cuenta con la mayoría de los grandes sindicatos del país. 


Los sindicatos también saben que un posible gobierno de los candidatos de Juntos por el Cambio (JxC), sea Horacio Rodríguez Larreta o Patricia Bullrich, o el libertario Javier Milei, traería un enorme retroceso en materia de derechos conquistados. No es un secreto, de hecho se han cansado de repetir como una de sus principales propuestas una reforma laboral que será vendida como moderna y hermosa pero que solo traerá dolores de cabezas a los laburantes. 


Garantizar la soberanía económica y mejorar los salarios para que dejen de perder con la inflación son los principales desafíos de un próximo gobierno, pero también del actual para llegar con la chance de alzarse con un triunfo electoral en octubre.


De una vez por todas, será clave el famoso programa económico y social, tan pedido por la Vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, durante sus últimas apariciones públicas. Lo económico ordena a lo social, muestra clara de aquella década ganada que parece haber pasado hace tanto tiempo.


Pero también es importante analizar los rivales de la contienda electoral. En frente, se encuentra lo peor de la política: la Anti política. Encarnada en discursos de odio que pueden cambiar de disertante pero no de contenido. 


Podrán vestirse de republicanos, pero odian profundamente este país y a quienes lo habitan. Cuentan con una implacable red de medios que los protege de cualquier barbaridad que pueda ser dicha. Ese será otro tema a resolver por un nuevo gobierno peronista: poner en funcionamiento nuevamente la ley de medios, una de las más debatidas de la historia de la democracia. Una mejor comunicación, que garantice la diversidad de voces y no se pueda decir cualquier verdura, también harán una mejor democracia. 

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