“La deuda es con nosotras/es”: el reclamo del movimiento feminista en el Día Internacional de la mujer trabajadora.

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Nota 8M

La jornada de paro se llevó a cabo con movilizaciones en todo el país. Aún con ciertos avances y conquistas, la lucha no claudica. Por lo que falta.

Como todos los 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora, el movimiento feminista se movilizó para hacerse oir colmando las plazas y calles de todo el país. Miles y miles de cuerpos compartieron consignas y reclamos, se abrazaron, cantaron y muches se emocionaron también. Para varies compañeres fue la vuelta a las grandes manifestaciones luego de todo lo vivido por la pandemia -que aún continúa-, aunque para el movimiento feminista nunca hubo pausa ni la habrá.

Desde que asumió, el gobierno de Alberto Fernandez ha dado muestras de apoyo y acompañamiento al movimiento feminista, tanto desde lo institucional (el nombramiento de muchas mujeres en distintas areas de gobierno que no necesariamente tienen que ver con la perspectiva de género, la creación de un Ministerio que se encarga específicamente de canalizar e incluso visibilizar muchos reclamos y problemáticas de las mujeres y diversidades) como desde lo legal (la sanción y reglamentación de la Ley de Interrupción voluntaria del embarazo y el reconocimiento de aportes por las tareas de cuidado). Pero es claro que este apoyo y acompañamiento no ha modificado las cifras de femicidios por día o de denuncias por violencia de género, así como tampoco el nivel de violencia que ejercen los machistas.

¿Qué es lo que falta? Reformas y transformaciones en muchas instituciones de nuestro país para poder comenzar a frenar esta violencia que no cesa y deja un costo en vidas todos los días. Existe un consenso en el movimiento feminista sobre una reforma judicial feminista, hay muchos ejemplos de mujeres condenadas o procesadas por defenderse,o que son asesinadas mientras esperan la llegada de un boton antipánico luego de denunciar violencia de género o mujeres abusadas que no son escuchadas por el poder judicial. Se precisa una justicia argentina con perspectiva de género y eso no puede esperar más. El pedido radica en que no solo nos crea y acompañe, sino además dispositivos cercanos donde podamos denunciar, medidas más efectivas que nos cuiden, seguimiento y cumplimiento de las mismas, que las causas tengan celeridad y que esos procesos no nos desanimen a denunciar, sino que todo lo contrario. En fin, una presencia más fuerte de feministas en esos espacios arcaicos y tan resistentes a las transformaciones.

Otro punto en el que coincide el movimiento feminista en su totalidad es el señalamiento de los medios de comunicación como grandes responsables de la reproducción y, muchas veces, amplificación de la violencia machista. Diversos diarios, revistas e incluso canales de televisión han incorporado editoras de género que tienen como función principal revisar o controlar que en las publicaciones de dichos medios no se violente a las mujeres y diversidades. Esto ha contribuido a que se noten pequeños cambios en las formas que los medios hablan de nosotres o nos representan. Pero también sabemos que esto no los ha cambiado estructuralmente, y tampoco ha bajado el nivel de violencia mediática a la que muches se exponen (o nos exponen) todos los días. Hay programas de televisión, diarios y periodistas que siguen culpando a las víctimas, publican sus rostros y nombres, las re-victimizan todo el tiempo y exponen sus vidas buscando justificar el acto violento del que fueron víctimas. Y no sólo nos violentan cuando somos víctimas, sino también cuando aparecemos vivas y a salvo: cuestionan a dónde fuimos, con quién, para qué se nos busca si estamos vivas y otros cuestionamientos.

Es menester que los medios de comunicación nos ayuden a ganarle a la violencia machista y para ello urge que se capaciten, sean instados a cambiar las formas que utilizan para hablar de violencia de género, que sean sancionados cuando ejercen violencia mediática, que incorporen periodistas feministas a sus programas o redacciones y que aquellos que toman las decisiones tanto en los canales de televisión como en la prensa escrita lo hagan teniendo en cuenta que la perspectiva de género es algo que atraviesa todo lo que decimos y escribimos, y no algo que “debe aparecer” el 8 de marzo, el 3 de junio o el 25 de noviembre.

Nuestros medios de comunicación deben interpelar a los varones machistas, promover que éstos cuestionen sus propias prácticas, revean sus acciones y que aquellos que (todavía) no han ejercido o no ejercen algún tipo de violencia sobre las mujeres y diversidades puedan tener ejemplos que los ayude a interpelar a más varones.

Estamos convencides y sabemos que esta titánica tarea no se logra de la noche a la mañana, y se requiere de inversión, interés y, por sobre todas las cosas, decisión política para llevarlas a cabo. La violencia de género tiene múltiples aristas y sólo un tratamiento y abordaje integral permitirá que esta situación desesperante donde una de nosotras muere cada 26 hs en nuestro país, cambie de rumbo. Para ello, el movimiento feminista cuenta con diversas ideas y experiencias. Y en esa posible articulación entre lo ya conquistado por el feminismo y los nuevos canales institucionales creados por este gobierno pueden surgir algunas soluciones en ese camino por alcanzar la igualdad de géneros.

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