Murió otra de las mujeres atacadas por un lesbicida: Un crimen de odio que conmociona al país

La mañana del lunes pasado, el tranquilo barrio de Barracas se vio sacudido por un acto de odio y violencia que ha dejado a la comunidad sumida en la consternación. El ataque con bomba casera en un hotel familiar no solo ha cobrado la vida de tres mujeres, sino que también ha expuesto la cruda realidad de la discriminación por orientación sexual y la violencia de género que persisten en nuestra sociedad.
Pamela Cobbas, de 52 años, fue la primera víctima fatal de este abominable suceso. Pocos días después, su pareja, Mercedes Roxana Figueroa, también sucumbió a las graves heridas sufridas. Y ahora, con el fallecimiento de Andrea Amarante, de 43 años, la tragedia se ha vuelto aún más dolorosa y desgarradora.
Desde el principio, las sospechas apuntaron hacia un hombre de 67 años que había amenazado previamente a las mujeres con expresiones de odio y discriminación por su orientación sexual. Este trágico episodio, que ha dejado también a una cuarta mujer gravemente herida, Sofía Castro Riglos, de 50 años, ha puesto de manifiesto la necesidad urgente de combatir la violencia machista y el odio hacia la diversidad sexual.
El caso está siendo investigado como un homicidio agravado, pero la comunidad exige que se considere también la posibilidad de que se trate de un crimen de odio basado en la identidad de género y la orientación sexual de las víctimas. La violencia de género no puede ser tolerada en ninguna de sus formas, y es responsabilidad de toda la sociedad trabajar para erradicarla y garantizar la seguridad y el respeto de todas las personas, independientemente de su identidad o expresión de género.
Además, la historia de Andrea Amarante ha sacado a la luz la falta de apoyo y reconocimiento hacia las víctimas de tragedias como esta. Como sobreviviente del incendio en Cromañón en 2004, Amarante no recibió la asistencia adecuada ni fue incluida en los programas de ayuda destinados a las víctimas de aquel desastre. Esta situación refleja la urgente necesidad de mejorar los mecanismos de protección y apoyo a las víctimas de violencia de género y discriminación.
En este momento de duelo y dolor, es fundamental que la sociedad argentina se una en solidaridad y empatía con las familias y seres queridos de las víctimas. Pero también es crucial que nos comprometamos a luchar contra la discriminación y la violencia de género en todas sus formas, para que tragedias como esta nunca vuelvan a repetirse en nuestro país.